Nuestra familia parroquial tiene la suerte de tenerlo como nuestro rector. Te agradecemos tu devoción a Jesucristo y a su Sagrado Corazón. Nuestras oraciones los acompañan todos y cada uno de los días de su ministerio en la Santa Iglesia Católica de Cristo.

Gracias por responder al llamado al Santo Sacerdocio.